María Etcheber: Una hermosa lección

María Areces

María Areces

Días atrás vi la entrevista de María Areces  a María Etcheber por TN, me impactó…me

María Etcheber

María Etcheber

emocionó. Y me dije ….»esta «MUJER» sí que sabe hacer  la diferencia. Por eso quise transcribirla para que todas la conozcan. 


 

En Primera Persona: el sueño de María

(Por María Areces)areces_etcheber

María Etcheber tiene síndrome de Down, es de Tandil y siempre quiso ser escritora. A los 31 años, ya escribió 2 libros.

María tiene una mirada de la vida tan intensa y particular que me ha generado mucha admiración. Describe sus sentimientos con tal simpleza que después de entrevistarla entendí cuánto uno se complica a veces para decir lo que siente. Para poder despojarse de prejuicios y entender que se puede ser amado, aceptado, considerado aún cuando nos miramos al espejo y a veces no nos gusta lo que vemos o creemos que no somos lo que los otros esperan de nosotros.

María lo dice claramente. Lo importante es quererse y aceptarnos, perdonarnos y poder perdonar.

«Porque de eso evidentemente se trata la vida. De encontrarnos unos con otros, en distintas circunstancias, con algún fin.»

Tal vez ese encuentro perdura en el tiempo o es fugaz, pero no podemos negar que allí se produjo. Y cada vez creo más que cualquier situación que se nos presenta en la vida minuto a minuto, nos deja algo.

María escribe, entre otras cosas:

«Los ángeles te explican las cosas de la vida.
Si vos le pedís algo
ellos te lo dan,
pero siempre hay que decirles gracias…
Un ángel es de la guarda.
Un ángel te cuida.
Te protege las espaldas.»

María nos transmite que los sueños se pueden hacer realidad. Que la felicidad está en las cosas más simples. Que algunos conceptos que intentamos intelectualizar tanto son solamente para buscar la aceptación del otro. Pero en esa búsqueda nos olvidamos de aceptarnos a nosotros mismos primero.

El universo está lleno de estrellas, algunas fugaces, otras muy luminosas, algunas menos. Cada una, con sus características ilumina de distinta manera. Pero lo hace.

María también me hizo sentir que podemos mirar el firmamento desde cualquier lugar del planeta y van a estar ahí. Por alguna razón. Porque son parte de ese todo. De nosotros. Y podemos preferir unas u otras. Podemos elegir la que nos ilumine más o menos. Lo que no podemos es negar que la luz está y si dejamos que nos ilumine, la felicidad llega con ella.

¡Gracias María!

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