MES DE LA MUJER 2020

Autora: Lidia Rissotto

Agradecemos su aporte


Marzo de 2020 quedará en la memoria de todos. Nadie olvidará el desconcierto, el temor de estar inmersos en la pandemia de COVID-19, esta enfermedad nueva que nos toma desprevenidos.

En estos días estamos hablando de sistemas de salud, de agentes sanitarios, de héroes de las distintas profesiones del área que están prestando un invalorable servicio a una humanidad perpleja que no deja de buscar respuestas. Marzo es el mes de la mujer, pero hoy especialmente de la mujer bioquímica, enfermera, farmacéutica, física, médica, psicóloga, trabajadora social en la que confiamos de la manera más natural, como si siempre hubiera sido así. Y sin embargo, sabemos que el acceso de la mujer a la formación académica es nuevo, tiene apenas un poco más de un siglo y para lograrlo hubo mujeres que se abrieron camino en medio de la hostilidad y el rechazo.

No parece en vano recordar a algunas de esas mujeres. Comencemos por Cecilia Grierson (1859-1934), la primera medica argentina y sudamericana graduada por la UBA en 1899, nieta de John Parish Robertson uno de las fundadores de la colonia escocesa de Monte Grande. Grierson hubo de superar inconvenientes de todo tipo ya que ni la sociedad ni las instituciones estaban preparadas para la admisión de mujeres en el nivel superior de la educación la Argentina.


Se especializó en cirugía y a pesar de no habérsele permitido practicar su especialidad, no cejó en su convicción de la importancia de dar a la mujer formación profesional. Fundó así la Escuela de Enfermeras, la Asociación Médica Argentina, la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios y la Asociación Obstétrica Nacional de Parteras y formó parte de la Comisión de Sordomudos y del Patronato de la Infancia. Desde el feminismo, participó en el reclamo de los derechos cívicos y civiles de la mujer.

Hacia 1890, durante la llamada Revolución del Parque, una joven estudiante de medicina organizó la atención médica en el lugar de los hechos. Elvira Rawson (1865-1954) curó heridas, condujo la ambulancia tirada por caballos y se ganó el respeto de todos. Dos años más tarde recibiría su título de médica por la Universidad de Buenos Aires, la segunda mujer en obtenerlo en el país.

Adelantada a su tiempo se ocupó de la prevención de las enfermedades en mujeres y en niños: también maestra, Rawson fundó en Uspallata, Mendoza, la primera institución dedicada al cuidado de niños débiles y más tarde fue una de las impulsoras de la creación de hogares maternales para madres solteras. Militante en la Unión Cívica, fue una destacada feminista que no cesó de promover modificaciones a las leyes vigentes teniendo como horizonte la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.

Julieta Lanteri ((1873-1932) nació en Cuneo, Italia. Muy pequeña se trasladó a Buenos Aires junto a su familia y años después pudo ingresar a la facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, de la cual egresó con el título de farmacéutica, primero, y luego con el de médica.


Paralelamente a su ardorosa defensa de los derechos de la mujer, Lanteri llevó adelante su práctica profesional atendiendo pacientes y, durante diez años, como médica de la Asistencia Pública. No obstante sus esfuerzos, su carrera académica sufrió un nuevo revés cuando la Facultad de Medicina rechazó su solicitud a la adscripción al cargo de profesor suplente por su condición de mujer. Las demandas de una Julieta Lanteri librepensadora se adelantaban a su tiempo: igualdad en el reconocimiento de los hijos matrimoniales o extramatrimoniales, licencia por maternidad, igualdad de salario, abolición de la prostitución. Incansable, Lanteri continuó con su lucha hasta el luctuoso 23 de febrero de 1932. Aquella tarde, mientras caminaba por la Diagonal Norte de la ciudad de Buenos Aires, un automóvil retrocedió subiéndose a la vereda y la atropelló. El conductor identificado más tarde como integrante de un grupo de extrema derecha, huyó de inmediato. Julieta Lanteri, gravemente herida, fue trasladada al Hospital Rawson donde murió el 25 de febrero a los 59 años.

Tres mujeres, tres modelos de certeza de su valía y de tesón frente a los impedimentos. Iniciadoras de un camino que hoy transitamos todas las mujeres argentinas y que seguimos recorriendo hacia adelante.

Autora de la nota: Lidia Rissotto.


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