Nació en una villa – Historia de superación

El año pasado creó una campaña en Idea.me para recaudar fondos y hacer su sueño realidad: darle vida a Bildo, su primer videojuego. Le fue tan bien que ya creó su propia empresa, Dalesi, y desde la semana pasada el juego ya se puede descargar. Para acceder, hay que ingresar a la fan page de Dalesi Bildo en Facebook y darle Me gusta. Se puede comprar a través de steam (plataforma mundial de videogames) y sale 100 pesos o 6 dólares. “Con el dinero vamos a financiar el siguiente proyecto. La idea es que llegue a ser gratuito”, dice.

“Soy hijo de una pareja adolescente, mi mamá tenía 18 y mi papá 15 cuando me tuvieron. Me crié en un barrio peligroso, perseguido por el estigma de ‘villero’ y con la droga a la vuelta de la esquina. Estudié programación de muy chico. Mi papá me regaló una computadora que venía con un CD y aprendí solo. No sabía bien qué era pero me ayudaba a olvidarme un poco de algunas cosas”, dice.

Esos pensamientos relegados tienen que ver con una infancia complicada: a los 6 años ya se lavaba la ropa y cocinaba -“y no me refiero a disfrutarlo, sino a preparar un poco de arroz”, aclara- y para sus 15, la depresión le había ganado la pulseada a su mamá, que murió de sobredosis.

“Muchos de mis amigos de la infancia tuvieron problemas por robos y adicciones. Obviamente a mi me ofrecieron pero el pensamiento lógico que aprendí con los jueguitos me hizo ver la vida de otra manera: si en mi contexto social todo me dirigía a terminar mal, ese era un llamado de alerta. Yo tenía que buscar algo distinto”, reflexiona.

Así fue como en el último año del colegio se presentó al concurso Desafío Dale Aceptar del Gobierno nacional. Dice que lo tomó como una prueba, para ver si su pasión realmente servía de algo. “Quedé en primer lugar con un jueguito que hice y me premiaron en la Casa Rosada. Ahí me di cuenta que no estaba errado, pero que era difícil porque soy un pibe de la villa, ¿adónde voy a llegar? Nadie te dice directamente que no realices tus sueños, pero lo tenés en la cabeza. Porque el contexto conspira para que vos creas que no vas a poder”, reflexiona Daniel.

Y la realidad pegó más fuerte que una cachetada. La panadería donde trabajaba con su papá cerró y se quedaron sin trabajo. Daniel se deprimió tanto que pensó en quitarse la vida. “Fue una etapa muy oscura. Toqué fondo y recién ahí tomé consciencia del potencial que tengo. Dije ‘basta de excusas’ y nació Bildo”.

El juego cuenta la historia de un chico que vive en un planeta cuya guardiana, que tenía bajo su cuidado a todos los colores, muere por la oscuridad. Antes contacta a Bildo, el único que se anima a vencer esas tinieblas. La oscuridad no ataca en forma física sino como pensamientos negativos. Bildo recupera, a través de acertijos, todos los colores, que le van dando habilidades. Por ejemplo el amarillo es fuerza y el blanco, luz.

Con su empresa, donde trabaja junto a su novia y uno de sus hermanos, Daniel también quiere hacer historietas, libros, comics y series animadas. Todo con el mismo mensaje: que se puede vencer a la oscuridad.

Daniel Simons sigue viviendo en el Bajo Flores, donde su conexión a Internet es tan lenta que no puede hacer ni siquiera una copia de seguridad de su videojuego. Por eso, a través de la Secretaría de Emprendedores y PyMEs del Ministerio de producción nacional consiguió para su empresa una oficina con banda ancha. Además, el mes que viene viajará por primera vez a Alemania a la Gamescon, la feria de videojuegos más importante de Europa. “Nuestro objetivo es conseguir inversores para que Bildo se desarrolle más rápido”.