CAMBIE ESTRÉS CRÓNICO POR BUENA SALUD

MARISA CORTEZ

MARISA CORTEZ

Por Marisa Cortéz

Según numerosas investigaciones médicas, muchas de las enfermedades del hombre moderno se producen debido al estrés y solucionar esta amenaza toma trabajo, pero no es imposible.

El estrés es la respuesta del organismo, compuesto de cuerpo y mente, ante una sobrecarga constante y por largo tiempoantiestres 2 de tensiones, que altera todo nuestro sistema nervioso y muchas veces es causa de aparición de enfermedades. Afecta a la conducta de quien lo padece, causando en un principio constantes cambios de ánimos, nerviosismo, faltas de concentración, úlcera y caída de cabello, entre otras consecuencias. De los tres tipos de estrés que se han catalogado, el agudo, el agudo episódico y el crónico, este último es el más serio.

El estrés agudo es el más común y el menos dañino, aunque sus efectos son dramáticos en muchas ocasiones:  Tiende a surgir de las exigencias, requerimientos  y presiones del pasado reciente ; y también de presiones anticipadas del futuro que está por venir. A menudo, las tensiones musculares, los problemas gástricos y las cefaleas se relacionan con él. En algunas personas, el estrés agudo causa subas de tensión arterial, palpitaciones, mareos y sensación de falta de aire.

Generalmente, el estrés episódico se relaciona, en cambio, con determinado tipo de personalidad, llamada con impulso excesivo de competencia. Es el estrés que se produce en quienes tienen una vida desordenada, quieren hacerlo todo pero al final terminan no haciendo nada, buscan pretextos y son negativas. Tienen mucha energía nerviosa, se muestran tensos e irritables, tienen bruscos cambios de ánimo; y por eso para los demás suelen ser personas hostiles y críticas. Terminan padeciendo a mediano plazo problemas cardiacos.

Los dos anteriores son manejables y habitualmente ubican a quien lo padece en un momento de quiebre, mientras que el estrés crónico tiende a ser degenerativo,  agota al paciente de forma paulatina. Entonces, la persona no puede relajarse, siente malestares, se le diagnostican diversas enfermedades pero en realidad lo que se produce es un envejecimiento acelerado del cuerpo y la mente. El estrés crónico causa cuadros de depresión y de ansiedad; la persona se aísla, complicando o rechazando los tratamientos. Esta es la causa principal de suicidios, ataques al corazón o incluso, según algunos investigadores, del cáncer.

El estrés crónico se previene con actitudes cotidianas. Casi siempre, estas implican salir del “ piloto automático” de esa vocecita en la mente que nos dice que no podemos cambiar, que somos así, que así es el otro. y muchos etcéteras. Los expertos aconsejan algunas propuestas para mejorar la calidad de vida a tiempo.

1. Si nos detenemos un momento tal vez, podamos ver algo por corregir. Escribir o conversar con alguien nuestras ideas y pensamientos puede ayudarnos a saber y  ordenar nuestras preocupaciones, relativizándolas.

antiestres 32. Algo productivo para hacer. Trabajar en algo pequeño y disfrutar de los resultados es un estimulante positivo y nos hace felices. Tener siempre un plan evita caer en la abulia, el exceso de TV, las noches en vela en las redes sociales y la rutina del día a día.

3. Evitar el consumo de cafeína es menos fácil de lo que parece ,porque se encuentra también en el té negro, en el mate, en el chocolate y las bebidas colas. Tiene dos desventajas: una, irrita la mucosa gástrica, lo que puede dificultar el sueño reparador. Dos, la cafeína disminuye el umbral de tolerancia al dolor  y quita el sueño. Consuma poco.

4. Salir a caminar ayuda enormemente a disipar las tensiones y a relajar nuestra mente pero además puede antiestres 4ayudarnos a resolver problemas, generar hormonas de bienestar como las endorfinas… Respirar aire puro y cambiar de paisaje  ayuda a inspirarse, atrae nuevas y mejores ideas.

6. Practicar algún deporte es perfecto para liberar tensión después de pasar horas en el trabajo o en clase. Además ayuda a fortalecer los músculos y aligerar algunos dolores lumbares.

7.  Relacionarnos con personas de nuestro entorno con quien conversar, disipar dudas y fortalecer amistades. Estas interacciones sociales resultan relajantes y terapéuticas. Tener grupos de pertenencia nos da una tarea y un espacio de amistad. Vale todo, desde un coro a un grupo de paseadores de perros, de observadores de nubes o lectores de novelas de terror. Cuanto más fuera de lo rutinario, mejor.

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