De vez en cuando – Mª Victoria Martínez Lojendio.

Seguro que cuando eras niña te dijeron que tenías habilidad para realizar alguna actividad o quizá te premiaron en el colegio por ser buena resolviendo algún ejercicio o examen, o te aplaudieron en una competición deportiva o en alguna representación teatral.

 

¿A que te sentiste de maravilla? Pues eso nos ocurre a cualquier edad.victoria

 

Todas necesitamos de vez en cuando unas palabras de ánimo que nos ayuden a sentirnos útiles y valiosas. Sobre todo en los momentos en los que parece que nada va bien o que nuestros esfuerzos no dan fruto.

 

Es muy gratificante que alguien nos diga que nos valora por nuestro trabajo, por nuestra forma de ser, por lo que aportamos a otros, por lo que aprendemos, por lo que enseñamos.

 

Y me incluyo. A mí también me gusta que reconozcan mis méritos y mis logros, o mi manera de ser. Aunque a veces yo misma diga que no me hace falta.

 

El caso es que no siempre hay alguien cerca dispuesto a animarte y a motivarte para seguir con más ganas con tu trabajo, con tus sueños, con tus proyectos o con tu vida. O alguien que te ponga un espejo para que te mires y descubras lo grande que eres. Seguro que alguna vez te han reconocido algo que tú no habías valorado.

 

Cuando sientas que necesitas palabras de ánimo y no haya nadie que te las diga, sé tú misma esa motivadora. Reconoce tus talentos y tus logros. Es un estupendo ejercicio de motivación que puedes hacer cada vez que quieras.

 

Coge papel y bolígrafo y escribe todos los logros que recuerdes a lo largo de tu vida. Te propongo que lo hagas ahora, si lo dejas para luego probablemente será nunca. Así somos los humanos, pero eso será tema para otro artículo.

 

Puedes hacer un repaso cronológico. Desde que empezaste a caminar, aunque probablemente no lo recuerdes, pasando por aprender a leer y escribir, a montar en bicicleta, a patinar, a hacer el pino, a nadar… Y siguiendo con todo aquello que aprendiste, conseguiste, ganaste, te reconocieron, te aplaudieron, te llenó de orgullo.

 

Seguramente habrá acontecimientos y situaciones que en ese momento no sentiste como logros, pero que al echar la mirada atrás sí crees que merecen un reconocimiento. Aunque lo hagas ahora, después de muchos años, y seas tú misma la que se felicite.

 

Guarda esa lista para que puedas releerla de vez en cuando y también para que añadas nuevos éxitos.

 

Yo suelo hacerlo de poco tiempo para acá. Pienso dónde estaba el año pasado y dónde estoy ahora, y me aplaudo. Y si retrocedo un par de años, entonces ya me pongo de pie y me hago la ola. A veces me emociono.

 

¡Por falta de motivación que no sea!

 

Sé la mayor fan de ti misma, celébrate todo lo bueno y reconoce lo malo para que puedas mejorarlo. Verás como cada vez tendrás más que celebrar y, por el camino, más que ofrecer y enseñar.
A mí me motiva pensar que: «Si otros pueden, yo también.»


Por eso…

DE VEZ EN CUANDO pídele a alguien que te diga en qué eres buena, qué le gusta de ti, en qué te admira. Haz lo mismo con esa persona.

DE VEZ EN CUANDO escribe o cuéntale a alguien tus últimos logros.

DE VEZ EN CUANDO piensa si estás haciendo algo para conseguir algo.

DE VEZ EN CUANDO saca tus notas de logros y éxitos y vuelve a leerlas.

DE VEZ EN CUANDO no dejes de aumenar tu lista.

DE VEZ EN CUANDO piensa que no vas a vivir para siempre y si quieres conseguir algo hay que hacer algo.