Bajar la tensión aquí y ahora (por Marisa Cortéz)

 

MARISA CORTEZ

MARISA CORTEZ

Patrones de pensamiento

Un estado de alerta permanente apremia a muchos, creando un desequilibrio emocional, haciéndolos sentir que el mundo pesa sobre sus hombros. Cómo salir de la trampa.

Si bien no es exclusivo patrimonio de los tiempos actuales, la tensión es uno de los más frecuentes motivos de sufrimiento que podemos encontrar hoy. Pero la relajación no puede re-establecerse si el patrón de pensamiento no cambia.

La tensión es la base de la enfermedad. Nos hace perder plasticidad, capacidad de aceptación y de adaptación, nos quita alegría. A principios del siglo veinte, el dr. Edward Bach, creador del bach2sistema que se conoce como Flores de Bach, explicaba que nuestra personalidad es la que va tejiendo nuestros conflictos (que son tensión) y con ellos llegan las enfermedades.

Primero, en el alma, porque “la enfermedad es inmaterial en su origen”. Luego en el cuerpo, expresándose en rigidez, tensión y dolor, aumento de la acidez en el estómago o espasmos estres3musculares, digestivos o respiratorios. Así, con su personalidad cada uno va tejiendo su vivir y su enfermar.

Si bien no es exclusivo patrimonio de los tiempos actuales, la tensión es uno de los más frecuentes motivos de sufrimiento que podemos encontrar hoy.

Tenemos la percepción de que debemos estar alertas constantemente. Pero en realidad, esta falacia sólo causa un desasosiego constante, que desequilibra nuestras emociones y va agotando paulatinamente el cuerpo, ya que se produce una sobrecarga de toxinas que no pueden eliminarse.

El orden no puede re-establecerse si el patrón de pensamiento no cambia. Un patrón de pensamiento nos sesga la vida de manera que todo lo que hacemos se mira a través de él.

Por ejemplo, si está implantado en nuestra mente que la vida es una lucha constante, o que hay que tener miedo porque el mundo es peligroso, o que nadie puede comprender nuestras penas, que la vida es muy dura con nosotros y alguien debe compensarnos, o que no valemos lo suficiente, las actitudes que tomemos serán acordes con ese mandato.

Ideas que enferman

Aquellos que cargan con muchas responsabilidades tienen habitualmente contracturas estres5musculares en la zona lumbar y en los hombros.

La cintura contiene el eje del cuerpo, y “mantenerse en eje” es todo un desafío cuando recibimos demanda constante de otras personas.

Además del desgaste psicológico, puede surgir el sentimiento de que es una tarea para la que no estamos capacitados y llevarla a cabo nos deja sin energías.

estres6Los hombros y el cuello en tensión dolorosa, por otra parte, pueden relacionarse con el mito de Atlas, que sobre sus hombros cargaba el mundo.

Con un ingrediente extra: la idea de que si no sostienen, si aflojan, todo se viene abajo. Casi nunca se trata de personas mansas, hay que aclararlo, sino de luchadores que se rebelan mentalmente ante la injusticia, la contradicción, la falta de ética, por ejemplo.

En otros casos, estas personas se sienten abrumadas por la responsabilidad que implica sostener a otros, ya sea en lo económico o lo emocional.

Y en algunos casos, se suma el sentimiento de que no hay alternativa, que no existe otro camino que el que estamos tomando. “Es como estar atrapado”, es una frase común.

Una realidad difícil de digerir -como un jefe que nos saca de quicio, una pareja en crisis, la pérdida de posición económica-, es común de encontrar, aunque parezca simplista, en quienes sufren gastritis, distensiones abdominales, colon irritable y misteriosas pataletas de hígado, como manifestaciones de la tensión constante en la que viven.

A la defensiva

Otro patrón de pensamiento que causa contracturas frecuentes en hombros y espalda es: “Debo estar defendiéndome todo el tiempo”.

Problemas en el trabajo, peleas familiares, hijos con problemas son de los motivos más frecuentes de este miedo por uno mismo y por otros. Como el gato que eriza el lomo, nos preparamos para la lucha.

Una de las sensaciones más tensionantes es la de sentirse solos y no reconocidos en medio de un entorno que, según dicen, no los comprende, no los acompaña o no los ayuda.

“Es remar contra la corriente -cuenta una mujer adulta, empleada, separada, madre de adolescentes-, todo lo que digo no sirve de nada. ¿Cómo no me va a doler la cabeza?”estres7

Otra consulta común es la tensión que causa la pluralidad de estímulos intensos. Radio, TV, internet, tránsito desmesurado, viajes en hora pico, cortes imprevistos de servicios sumados pueden hacernos colapsar al llegar a casa, porque nuestro cerebro está tan irritado que los más mínimos estímulos se sienten como una agresión.

“No puedo pedirles a los chicos que no hagan ruido, pero te juro que no los aguanto cuando vuelvo a casa”, me confesó un paciente descorazonado hace unos días.

Los caminos a la serenidad

No hay una fórmula universal contra la tensión, porque cada uno arma su propio circuito de estímulo y reacciones según los patrones de pensamiento que tenga. Lo que sí es cierto es que no hay camino más rápido que identificar cuál o cuáles son esos patrones de pensamiento que nos complican la vida.

Y la segunda vía importante es encontrar nuestra especial manera de descargar tensión, la que le funcione a cada uno.

Hay quienes hacen yoga y otros que corren kilómetros para sentir que las preocupaciones vuelan de sus mentes. Algunos estudian, juegan al TEG, miran dibujitos animados o cocinan.

La autogestión es muy importante en estos casos: tenemos que hacer todo lo que podamos por nosotros mismos. Seguramente van a ayudarnos unos buenos masajes, un baño fresco, ir a reuniones de meditación, caminar por espacios abiertos y escuchar música de las muchas que existen específicas para relajación.

Pero el trabajo de investigarnos, de vernos con cierto ojo crítico y amoroso a la vez, de decir “¿por qué hago esto?” y “¿cómo puedo manejarlo mejor?” es vital para lograr avances. Hablar con alguien que nos ama, como un amigo o una pareja puede ser muy útil para lo que no vemos de nosotros mismos. Y también puede ayudar el consejo de un buen terapeuta.

Marisa Cortéz es periodista especializada en medicina integrativa y terapeuta holística. marisafloresygemas@hotmail.com.

Publicado por CLARÍN 08/02/13